¿Es la Guardia Civil una institución de secuestro?
La Guardia Civil presenta unas
características que son propias de las instituciones totales en el sentido de
la sociología de Goffman y de las instituciones de secuestro en los términos de
Foucault. Nos adentramos en estas últimas.
La primera función de estas
instituciones de secuestro, mantener el control y responsabilidad sobre la
totalidad del tiempo de los individuos.
La segunda función, controlar,
formar, valorizar, según un determinado sistema, el cuerpo del individuo.
La tercera función, creación
nuevo poder polimorfo, polivalente. Político, económico y judicial. Las
personas que dirigen esas instituciones se arrojan el derecho de dar órdenes,
establecer reglamentos, tomar medidas y decisiones y se garantizan funciones
tales como la producción o el aprendizaje, también se tiene el derecho de
castigar y recompensar.
Y la cuarta función
característica, poder epistemológico, que atraviesa y anima a los otros, poder
de extraer un saber de y sobre estos individuos ya sometidos a la observación y
controlados por estos poderes. A través de los juegos de poder y saber, tenemos
la transformación de la fuerza del tiempo y su integración en la producción,
haciendo que todo el tiempo de la vida sea tiempo de trabajo, generando
indiferenciación entre vida y trabajo, el guardia civil lo es las 24 horas del
día, concepto recurrente entre la ideología de la institución y plenamente
asumido por todos sus miembros.
En la guardia civil el
adoctrinamiento recibido extensible en su vida laboral, instrucción y formación comienza en la Academia. Se inicia la transformación empezando por la pérdida
de la individualidad con el rapado de cabeza. Se busca el acatamiento, la
aceptación, que el individuo se sienta parte de la “maquinaria administrativa
del establecimiento, para transformarlo paulatinamente, mediante operaciones de
rutina”, en palabras de Goffman. Se prima a alumnos más obedientes en
detrimento de otros, los más inteligentes, en su búsqueda de la sumisión
incondicionada. Goffman así lo expreso:
“Traducido al lenguaje exacto de
algunas de nuestras instituciones totales más antiguas, quiere decir que
comienzan para él una serie de depresiones, degradaciones, humillaciones y
profanaciones del yo. La mortificación del yo es sistemática, aunque a menudo
no intencionada”.
Esta estructura social surgida en
el siglo XIX es heredera de dos corrientes del siglo XVIII, la técnica francesa
de internación y el procedimiento de control de tipo inglés. El capitalismo del
siglo XIX ya no existe, la evolución tecnológica transformó las sociedades y al
mismo capitalismo.
La creación de la Guardia Civil
se remonta al siglo XIX. Es anacrónico que en pleno siglo XXI sus miembros
tengan restringidos y limitados sus derechos fundamentales, ya que la realidad
social y política actual nada tiene que ver con la de la creación del Cuerpo.
Se deberán producir nuevas
resistencias en estas sociedades de control, los individuos deberán descubrir
cómo son utilizados por esta sociedad singular, avanzada y en crisis.
Referencias: Textos de Erving
Goffman y Michel Foucault.
José Miguel Prades, miembro JDP AUGC Castellón y vocal de GUCIPOL.
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